Un mar lleno de peces. Saltan, agitados, esperando que algo caiga en sus bocas hambrientas. Esperan con ansia.
Esperan con hambre. Y así, sin más, empiezan a caer pedazos de pan como de la nada. Un pan que no empieza ni acaba. Llega para todos. Todos reciben su porción y quedan satisfechos.
Luego, un mar vacío. ¿Por qué? Esos mismos peces nadan rápido para alimentar a otros peces con el mismo pan que ellos han recibido. La cadena nunca acaba. Todos quedan saciados, felices.
¿Recibiremos ese pan que sacia toda hambre? ¿Podremos alimentar a otros con él?
Prends courage!
¿Seguimos caminando junt@s? En Instagram comparto imágenes del día a día que, sin quererlo, van contando la historia del bello vivir. También podemos conectar en Facebook y en Youtube. Nos vemos por las redes 🙂
¡No dudes en compartir tus pensamientos e inquietudes en los comentarios! Me encantará escucharlos.